El fallecimiento de Francesco Rivella, conocido como el “Padre de la Nutella”, a los 97 años el 14 de febrero, ha dejado un vacío en la industria de confitería a nivel mundial. Su legado perdura en la famosa crema de avellanas y cacao que ha conquistado paladares en todo el mundo.
Rivella se unió a Ferrero en 1952, cuando tenía apenas 25 años. La empresa, fundada por los hermanos Pietro y Giovanni Ferrero en Alba, Italia, se convirtió en un referente en la industria de confitería. En su carrera, Rivella trabajó en la sala de química, siendo testigo del crecimiento de la compañía y de la introducción de productos icónicos como Tic Tac, Kinder y Ferrero Rocher.
Como el hombre de confianza de Michele Ferrero, hijo de Pietro, Rivella dedicó su carrera a la búsqueda de los ingredientes ideales para la innovadora línea de chocolates de la marca. Se le atribuye un papel fundamental en la creación de la Nutella, así como la idea del nombre que se convirtió en sinónimo de la crema de avellanas y cacao.
A lo largo de su carrera, Rivella ascendió a posiciones de gran responsabilidad, convirtiéndose en gerente técnico sénior y posteriormente en director de investigación básica del grupo, cargo que ocupó hasta su jubilación en 1993. Su trabajo no solo impactó a Ferrero, sino que también dejó una huella en la industria alimentaria a nivel global.
Tras su fallecimiento, el Club Rotario de Alba, una organización local de Italia que promueve estándares éticos en diversas profesiones, emitió un emotivo mensaje en sus redes sociales. En la publicación se destacó que Rivella fue “una figura sumamente importante e insustituible en nuestro Club y un querido amigo que extrañaremos profundamente. Todo el club se une, con gran conmoción, al profundo dolor de sus seres queridos”.
La vida y obra de Francesco Rivella continúan siendo recordadas por su impacto en la industria de la confitería y su contribución a la creación de uno de los productos más queridos en todo el mundo.