El pasado martes 25 de febrero, Chile se vio sumido en una crisis energética sin precedentes, enfrentando el peor apagón en 15 años que afectó al 98% del territorio nacional y dejó a millones de personas sin electricidad. Este evento sacudió al país y puso en evidencia las debilidades del sistema privatizado de energía que rige en Chile, generando críticas y reacciones por parte del gobierno y la población en general.
El apagón masivo en Chile fue desencadenado por un fallo en una línea de transmisión de 500 kV, ubicada entre Vallenar y Coquimbo y operada por la empresa colombiana ISA Interchile. Este incidente provocó la desconexión de una parte fundamental del suministro eléctrico, dejando a la zona centro-sur del país en completa oscuridad. Según el Coordinador Eléctrico Nacional, el problema radicó en un mal funcionamiento en los sistemas de protección de la línea, lo que ocasionó su salida intempestiva. Esta línea transportaba aproximadamente un cuarto de la demanda de la zona afectada, exacerbando la crisis.
Aunque la empresa ISA Interchile descartó que la falla fuera causada por atentados, incendios o explosiones, el gobierno chileno ha iniciado una investigación para determinar responsabilidades y evitar que eventos similares vuelvan a ocurrir en el futuro. Este apagón histórico generó caos en todo el país, afectando el funcionamiento del metro, el aeropuerto y obligando a suspender eventos masivos como el festival de Viña del Mar.
La vulnerabilidad del sistema eléctrico chileno ha sido motivo de preocupación desde hace años. Con la privatización del sector durante la dictadura de Augusto Pinochet, el Estado quedó relegado a una función meramente reguladora, dejando el suministro de energía en manos de empresas privadas. El país cuenta con tres sistemas de interconexión eléctrica, siendo el SEN el más importante al proveer energía al 98% de la población. Sin embargo, en los últimos años se han registrado varios apagones similares, como en 2010 y 2011, así como en julio de 2024 cuando un temporal dejó sin electricidad a millones de personas en Santiago durante semanas.
Tras el apagón masivo, el presidente Gabriel Boric culpó al sector privado por la crisis energética, señalando que el servicio debió restablecerse de manera más eficiente y rápida. Desde La Moneda, Boric declaró: “No es tolerable que por responsabilidad de una o varias empresas se afecte la vida cotidiana de millones de chilenos”. Las autoridades han anunciado que se llevará a cabo una exhaustiva investigación sobre la empresa ISA Interchile y otras compañías involucradas en el incidente, con el objetivo de determinar responsabilidades y evitar que situaciones similares se repitan en el futuro.
En conclusión, el apagón masivo en Chile ha puesto en evidencia las debilidades del sistema eléctrico privatizado del país y ha generado un llamado de atención a las autoridades y empresas responsables. Es imperativo que se tomen medidas concretas para fortalecer la infraestructura energética y garantizar un suministro eléctrico estable y confiable para todos los chilenos.