La emotiva clausura del féretro del papa Francisco en la Basílica de San Pedro
La Basílica de San Pedro fue el escenario de un emotivo rito el pasado viernes, donde se llevó a cabo la clausura del féretro del papa Francisco, siguiendo las estrictas normas establecidas en el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis. Este momento marcó un hito importante en los preparativos para las exequias del querido pontífice, fallecido el 21 de abril de 2025.
La ceremonia de clausura
Según anunció Vatican News, la ceremonia se celebró a las 20:00 horas en el Altar de la Confesión. El cardenal camarlengo Kevin Joseph Farrell presidió el acto litúrgico, acompañado por monseñor Diego Ravelli, maestro de Celebraciones Litúrgicas. Ravelli tuvo el honor de leer el rogito, un documento oficial que resume el pontificado de Jorge Mario Bergoglio desde su elección en 2013 hasta su fallecimiento.
El rogito, elaborado con esmero, fue introducido en un tubo metálico sellado por la Oficina de Celebraciones Litúrgicas y depositado solemnemente en el féretro, junto con monedas y medallas acuñadas durante su papado. Este ritual simboliza la conexión entre el papa y su legado, así como la continuidad de la Iglesia Católica.
Un momento de recogimiento
La ceremonia fue presenciada por autoridades eclesiásticas, familiares del papa, y fieles que se congregaron para rendir homenaje a su líder. Un instante conmovedor fue cuando se colocó un velo blanco sobre el rostro del pontífice, antes del cierre definitivo del féretro. Esta acción, cargada de simbolismo, representa el respeto y la reverencia hacia su figura y su ministerio.
La cubierta final del féretro fue adornada con la cruz papal, el escudo pontificio y una placa conmemorativa que registra el nombre de Francisco, sus fechas de vida (1936-2025) y los años de su ministerio petrino. Este tributo final refleja la sencillez y humildad que caracterizaron su papado, así como su compromiso con la fe y la comunidad.
La vigilia y las exequias
La ceremonia concluyó a las 21:00 horas, dando paso a una noche de vigilia organizada por el Capítulo de San Pedro. Los miembros del capítulo se encargaron de velar en oración el cuerpo del sumo pontífice hasta la misa exequial programada para el día siguiente, en un ambiente de recogimiento y respeto.
Las exequias de Francisco se llevarán a cabo el sábado 26 de abril a las 10:00 horas en la Plaza San Pedro, marcando el inicio oficial de los novendiales (nueve días de luto). Después de la misa, se realizarán los ritos de última commendatio y valedictio, que son parte integral de las ceremonias funerarias de la Iglesia Católica.
Un recorrido simbólico
Tras la misa, el féretro será trasladado en procesión solemne por puntos emblemáticos de la Ciudad del Vaticano, como la Plaza Santa Marta y el Arco de las Campanas, bajo la dirección del cardenal camarlengo Kevin Joseph Farrell. Durante este recorrido, se espera que miles de fieles se reúnan para rendir homenaje al papa, que permanece en la memoria colectiva por sus reformas y su cercanía a los marginados.
Los deseos del papa Francisco
De acuerdo con el documento revelado por la Santa Sede en 2022, el papa Francisco había solicitado ser sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, un lugar que representa su devoción mariana. En su testamento, pidió una tumba «sencilla», que lleve únicamente la inscripción «Franciscus». Este deseo refleja su humildad y su compromiso con un cristianismo auténtico y accesible.
El papa Francisco falleció debido a un ictus cerebral y complicaciones cardiorrespiratorias, y en sus últimos días ofreció sus sufrimientos «por la paz mundial». Este acto de entrega es un testimonio de su dedicación a la humanidad y su incansable búsqueda de la paz y la reconciliación entre los pueblos.
La asistencia internacional y el legado del pontificado
Se espera la asistencia de numerosos líderes internacionales al funeral, que no solo será un momento de despedida, sino también un evento que marcará el cierre de un pontificado de 12 años. Durante su ministerio, el papa Francisco se destacó por sus reformas en la Iglesia, su cercanía a los pobres y su llamado constante a la justicia social y la paz.
El Vaticano mantendrá una vigilia permanente hasta la ceremonia, honrando así las últimas voluntades del primer papa jesuita y latinoamericano de la historia. Su legado perdurará en la memoria de aquellos que lo conocieron y en la vida de la Iglesia que él guió con amor y dedicación.
Con información de Versión Final.