El Legado del Terrorismo de Estado en Uruguay: Recordando el 20 de Mayo
Cada 20 de mayo, Uruguay conmemora con profundo pesar los asesinatos de Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz, Rosario Barredo y William Whitelaw, perpetrados por militares argentinos en Buenos Aires en 1976. Esta fecha se ha transformado en un símbolo de resistencia y memoria, recordando las atrocidades del terrorismo de Estado y el sufrimiento de miles de uruguayos durante la dictadura que tuvo lugar entre 1973 y 1985.
La Marcha del Silencio: Una Voz Colectiva
Desde 1996, la Marcha del Silencio se ha convertido en la manifestación más significativa del rechazo al terrorismo de Estado en Uruguay. Cada año, decenas de miles de uruguayos se movilizan por las principales avenidas de Montevideo, exigiendo justicia e información sobre las casi 200 personas que continúan desaparecidas. Esta movilización no solo busca recordar a los que ya no están, sino también mantener vivo el reclamo de verdad y justicia ante un pasado que aún duele.
Las Víctimas del 20 de Mayo
Los asesinatos de Michelini, Gutiérrez Ruiz, Barredo y Whitelaw son parte de una red de represión más amplia conocida como el Plan Cóndor. Michelini, quien fue diputado, senador y ministro por el Partido Colorado, fue uno de los fundadores del Frente Amplio en 1971. Gutiérrez Ruiz, por su parte, era presidente de la Cámara de Representantes durante el golpe de Estado del 27 de junio de 1973 y representaba al Partido Nacional. Barredo y Whitelaw eran militantes del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, un grupo que luchaba contra la dictadura.
El Plan Cóndor fue una estrategia de coordinación entre las dictaduras del Cono Sur para la represión sistemática de opositores políticos, en estrecha colaboración con el Gobierno de Estados Unidos. Este nefasto plan fue desentrañado a través de investigaciones periodísticas, testimonios judiciales y la desclasificación de documentos, lo que ha permitido a las víctimas y a sus familias buscar justicia.
Nuevos Descubrimientos y la Revelación de Documentos
En el marco de la 30ª edición de la Marcha del Silencio, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay presentó recientemente diez documentos del Plan Cóndor, que datan entre 1972 y 1979. Estos documentos evidencian la participación activa del Estado uruguayo en acciones ilegales y clandestinas. Cristina Mansilla, Directora de Derechos Humanos y Derecho Humanitario de la Cancillería, enfatizó que estos documentos demuestran un Estado que utilizó todo su poder para perseguir a sus ciudadanos, violando sistemáticamente sus derechos humanos.
Entre los documentos presentados, uno revela la cancelación de la validez de los pasaportes de Michelini y Gutiérrez Ruiz, así como de Wilson Ferreira Aldunate, otro objetivo militar. Pocos meses después, estos políticos fueron asesinados en Buenos Aires, mientras que Ferreira Aldunate logró escapar y se convirtió en un importante vocero de la resistencia.
La Búsqueda de Verdad y Justicia
Los documentos también abordan otros casos impactantes, como el secuestro de la ciudadana uruguaya Elena Quinteros y la trágica historia de dos niños uruguayos que, tras ser secuestrados en Argentina, fueron adoptados en Chile. Mariana Risso, miembro de la plataforma plancondor.org, subrayó que el acceso a esta información es una forma concreta de reparación simbólica para las víctimas y sus familias, y una respuesta al derecho a la verdad que tiene la sociedad.
A pesar de los intentos de algunos de minimizar la importancia de revisar el pasado, la discusión sobre la memoria histórica es esencial. Este debate no solo se centra en las atrocidades cometidas, sino en la necesidad de prevenir que tales violaciones de derechos humanos se repitan en el futuro. Mansilla destaca que se debe trabajar en la construcción de un discurso que rechace la discriminación y el odio, especialmente en la era de las redes sociales, donde estos discursos pueden proliferar con facilidad.
Reflexiones Finales
A medida que se difunden más documentos y se realiza un seguimiento de su impacto, la sociedad uruguaya continúa enfrentando el legado del terrorismo de Estado. Con cerca de un millar de descargas y visualizaciones de los documentos en las primeras 24 horas de su publicación, es evidente que el interés en la memoria histórica sigue vivo. Este fenómeno demuestra que la búsqueda de justicia y verdad no es solo un deber de las instituciones, sino una tarea colectiva que involucra a toda la sociedad.
El 20 de mayo se erige como un recordatorio de las luchas pasadas y un llamado a la acción presente. La memoria no es solo un acto de recordar, sino un compromiso activo con la verdad y la justicia para evitar que las sombras del pasado vuelvan a oscurecer el futuro.