El escándalo en Casablanca: Demandas y reacciones
El exalcalde de Casablanca, Francisco Riquelme (FA), se encuentra en el centro de una polémica que ha sacudido a la comuna. La situación se agrava con la reciente notificación de una demanda presentada ante el Tribunal Electoral Regional (TER) por parte de tres concejales, liderados por Ilse Quezada (RN), quienes han hecho serias acusaciones en su contra. Las denuncias incluyen un notable abandono de deberes y infracciones a la probidad administrativa, lo que ha generado un clima de incertidumbre y desconfianza en la comunidad.
Las acusaciones
Los concejales han señalado varias irregularidades durante la gestión de Riquelme. Entre las más graves se mencionan la contratación de familiares directos, un hecho que podría significar un claro conflicto de interés, y el uso indebido de subvenciones municipales. Además, se alega que su administración habría causado un perjuicio millonario a las finanzas de la comuna, lo que ha generado un impacto considerable en la economía local.
La concejala Quezada ha expresado su preocupación por el estado financiero de la municipalidad, afirmando que cuando Riquelme asumió el cargo, la comuna contaba con más de $4 mil millones en saldo, y que actualmente se enfrenta a una situación patrimonial complicada. “El exalcalde despilfarró el dinero de la municipalidad”, sostuvo, subrayando la gravedad de las acusaciones.
La defensa de Riquelme
A raíz de las acusaciones, Francisco Riquelme emitió una declaración pública desde Iquique, donde reside actualmente. En su defensa, Riquelme negó categóricamente las acusaciones, argumentando que el requerimiento carece de sustento y fue presentado seis meses después de que él dejara el cargo. “No han sido capaces de presentar pruebas, y el objetivo parece ser únicamente manchar mi nombre”, aseguró.
El exalcalde también mencionó que ha presentado dos recursos legales para refutar cada uno de los puntos planteados en la denuncia. Afirmó que el proceso ante el TER podría prolongarse por varios meses, con etapas de prueba y apelaciones, lo que sugiere que este conflicto legal aún dará mucho de qué hablar en el futuro cercano.
Persecución política o justicia administrativa
Francisco Riquelme no se detuvo en su defensa y calificó las acusaciones como un acto de persecución política motivado por intereses personales. “La gestión que hice cuando fui alcalde de Casablanca cumplió con la probidad y transparencia exigida. Mi trabajo fue reconocido como serio y responsable, y dejó para la comuna una lista larga de obras y avances”, expresó, defendiendo su legado y la importancia de su administración.
Sin embargo, la comunidad de Casablanca se encuentra dividida. Algunos ciudadanos apoyan a Riquelme, argumentando que su gestión trajo mejoras significativas a la comuna, mientras que otros creen que las acusaciones deben ser investigadas a fondo para asegurar la transparencia en la administración pública.
El impacto en la política local
Este conflicto no solo afecta la reputación de Riquelme, sino que también podría tener repercusiones significativas en la política local. La situación pone de manifiesto la necesidad de una mayor vigilancia y control sobre el uso de recursos públicos y la gestión administrativa de los alcaldes. Los ciudadanos exigen transparencia y rendición de cuentas, y este caso podría sentar un precedente para futuros casos en la región.
La comunidad de Casablanca observa con atención cómo se desarrollan los acontecimientos. Con la demanda en curso y la defensa de Riquelme en pie, la situación podría evolucionar en direcciones inesperadas. La política local está en un momento crítico, y la resolución de este conflicto podría influir en la confianza pública hacia las instituciones y los funcionarios electos.
Conclusión
La controversia en torno a Francisco Riquelme y las acusaciones de irregularidades en su gestión como alcalde de Casablanca subraya la importancia de la transparencia y la responsabilidad en la administración pública. A medida que el proceso ante el Tribunal Electoral Regional avanza, la comunidad espera respuestas y una resolución que permita restaurar la confianza en sus líderes. Este caso es un recordatorio de que la política no solo se trata de promesas, sino también de la integridad y el compromiso con el bienestar de la ciudadanía.