Lo que nos preocupa es lo que nos produce temor, lo que no podemos controlar y lo que nos genera incertidumbre.
Rosmery Hernández / @gotasdebienestarenchile
¿Hasta qué hora estaré en el trabajo? ¿Me encontraré con barricadas? ¿Si pasa algo podré llegar rápido a encontrarme con mis hijos o estarán a salvo mientras trabajo? y ahora, se suman otras de mayor preocupación: ¿Me despedirán a fin de mes?; si me despiden, ¿cuánto tiempo pasaré sin trabajo? ¿Podré celebrar navidades? Estas son solo algunas de las muchas preguntas que la gran mayoría de los migrantes y nacionales se hace día a día desde el 18 de octubre pasado, para cuando comenzaron las protestas y las manifestaciones no solo en Santiago, sino en varias ciudades del país.
Es importante entender que la salud mental no solo está vinculada al mundo interno de cada persona, sino que también está ligada al contexto en el que se encuentra. Ante situaciones de peligro o de incertidumbre, suele potenciarse el riesgo en casos de depresión, tendencia a la violencia o dificultades de pareja.
¿Qué ocurre cuando estamos trabajando, pero tememos que en cualquier momento nos puedan despedir? Si bien la ausencia de empleo puede causar en muchas personas múltiples problemas a nivel psicológico, también es verdad que las personas que se encuentran trabajando, pero que temen perder su empleo, pueden padecer de niveles muy altos de ansiedad y estrés. El estrés mantenido en el tiempo, puede ocasionar dolores de cabeza, fatiga, problemas de insomnio, irritabilidad, etc.
Cuando la persona está preocupada porque teme que la puedan despedir, cuando sufre una situación de incertidumbre de cara al futuro, es normal que le asalten dudas y se sienta angustiado.
La cuestión es ¿qué podemos hacer para sentirnos un poco mejor ante la incertidumbre actua?
La respuesta es hacer algo que dependa de nosotros, cambiar nuestra actitud, nuestra manera de pensar y actuar.
Céntrate en el momento presente
Las prácticas de mindfulness te ayudan a centrarte en el momento presente y a darte cuenta de la gran cantidad de tiempo que le dedicas a los pensamientos sobre el pasado y el futuro.
Comer, pasear, notar cómo la brisa eriza tus vellos, disfrutar de los colores.
El miedo a la incertidumbre puede combatirse estando en el ahora. Dejando de pensar en lo que pasará mañana, en todo eso que no sabemos si ocurrirá.
¡Confía más en ti mismo!
Confía más en ti, en tus capacidades y lánzate hacia delante. Tienes mucho potencial, algo en lo que destacas.
Si aún no lo has descubierto, ¡no esperes más para hacerlo!
Concéntrate en lo que puedes controlar, en el corto plazo. Hay muchas cosas que puedes hacer, así que no te obsesiones con todo lo que podría pasar en el futuro o te quedarás paralizado tontamente.
Acepta los riesgos. Cuando hay incertidumbre, hay riesgos. Tendrás que aprender a minimizarlos y aceptar aquellos que no puedas eliminar. Sé curioso. Observa, lee, pregunta, aprende, no des nada por sentado.
Sé valiente. Como decía Mark Twain, “el secreto para progresar es empezar”.
De todas las crisis hay algo que aprender.