La aprobación de la Ley del Matrimonio Igualitario, además de permitir la unión legal de parejas del mismo sexo, reconoce los derechos filiativos de ambos padres sobre sus hijos y reconoce las uniones contraídas en el extranjero.
Por: Diana Sofía Copa Del Gallego
Chile da un paso en la lucha contra la discriminación hacia el colectivo de la diversidad sexual y de género con la celebración de los primeros matrimonios igualitarios. Jaime Nazar y Javier Silva son la primera pareja que logró formalizar legalmente su unión después de 7 años de relación.
“Ahora sí somos una familia y nuestros hijos estarán en las mismas condiciones que el resto y van a poder tener un futuro mucho mejor sin ser discriminados por tener dos papás que se aman. Estamos totalmente agradecidos y emocionados de poder estar acá después de tanto tiempo, lo logramos y no pensamos que eso sería posible”, comentó, emocionado, Javier Silva.
La pareja tiene dos hijos, un niño de 1 año y una niña de 4 meses. Uno de sus principales incentivos para finalmente concretar esta celebración, son precisamente sus pequeños y “los derechos que ellos deben tener al igual que el resto”, comentaron.
Consuelo Morales y Pabla Heuser también se unieron a esta fecha de importancia para la comunidad LGTB+. “Hoy Josefa deja de ser una hija ilegítima. Esta ley, aparte de entregarnos matrimonio igualitario, regula la filiación de los niños en Chile”.
10 matrimonios más estaban agendados para hoy en distintas oficinas del Registro Civil en Chile. En el marco de este paso, se presentaron las nuevas características de la Libreta de Matrimonio. Reemplazaron conceptos tales como “marido” y “mujer” por “cónyuges”, “padre” y “madre” por “progenitores”.
El Registro Civil dio apertura de agenda en línea para solicitar matrimonio igualitario. Para dar abasto a los requerimientos de matrimonios, el Registro Civil aumentó las horas disponibles en 3 mil nuevos cupos.
La ceremonia de este importante hito tuvo lugar a tempranas horas de la mañana en el Registro Civil de Providencia. Contó con la presencia del ministro de Justicia, Hernán Larraín; la ministra de Desarrollo Social, Karla Rubilar; la subsecretaría de DDHH, Lorena Recabarren; y director nacional del Registro Civil, Sergio Mierzejewski, así como representantes de movimientos LGTBI+, como la Fundación Iguales y el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual.
Quienes lo hicieron posible
El momento estuvo cargado de mucha emotividad para los reunidos en torno a este paso. Los representantes de los movimientos LGTBI+ tuvieron también protagonismo por el logro de esta realidad. Isabel Amor, directora Ejecutiva de la Fundación Iguales, expresó que una de las cosas fundamentales del matrimonio eran los niños y por lo mismo era tan importante este paso.
“Ellos son fundamentales para nuestra sociedad, son fundamentales como corazón, como motor de las personas en este país, los niños no son el futuro de Chile, son el presente y hoy estos niños van a poder acceder a los derechos que les corresponden”, recalcó.
Por su parte, Rolando Jiménez, dirigente del Movilh, agregó lo significativo de este avance. “Estamos cumpliendo un sueño que costó sangre, sudor y lágrimas, que llega diez años tarde. En ese contexto lo que está haciendo la clase política, el Congreso Nacional y el Estado de Chile es reconocer derechos humanos fundamentales, es proporcionar la democracia”, indicó.
El camino de este proyecto
El pasado 7 de diciembre Chile aprobó el proyecto de ley que legalizó las nupcias entre parejas del mismo sexo, que hasta ahora y desde 2015 solo podían unirse bajo la figura legal del Acuerdo de Unión Civil (AUC), que no reconoce derechos filiativos.
Ahora, además de permitir el matrimonio, la nueva ley reconoce los derechos filiativos de ambos padres sobre sus hijos y reconoce las uniones contraídas en el extranjero.
Con esta decisión, Chile se convirtió en el octavo país de América Latina que reconoce el matrimonio igualitario después de Argentina, Costa Rica, Ecuador, Colombia, Brasil, Uruguay y varios estados de México.
El proyecto de ley se presentó en 2017 en el mandato de Michelle Bachelet, pero estuvo estancado durante casi cuatro años en el Congreso.