La Policía Federal de Brasil ha formalmente acusado al ex presidente Jair Bolsonaro de intentar llevar a cabo un golpe de Estado para evitar que Luiz Inácio Lula da Silva asumiera el poder después de las últimas elecciones. En un extenso informe de dos años, se detalla que el plan de Bolsonaro no logró concretarse debido a la falta de apoyo por parte del Ejército y la Fuerza Aérea, siendo solo respaldado por el jefe de la Armada.
Además de Bolsonaro, otras 36 personas, incluidos dos ex ministros de su gabinete, han sido acusadas en este caso. Como consecuencia de estas acusaciones, el ex presidente se encuentra cumpliendo medidas cautelares que le impiden viajar al extranjero.
En respuesta a estas acusaciones, Bolsonaro se ha pronunciado a través de sus redes sociales, expresando su escepticismo sobre la veracidad de las acusaciones y anunciando que esperará a consultar con su abogado antes de tomar cualquier medida.
La investigación de la Policía Federal incluyó el levantamiento de secreto sobre diversas comunicaciones e información financiera relacionada con el caso, lo que sustenta la acusación presentada contra Bolsonaro. La denuncia ha sido remitida al Tribunal Supremo y posteriormente será evaluada por la Fiscalía General del Estado, que determinará si procede formalizar la acusación o solicitar nuevas diligencias.
Además, se ha informado que la policía descubrió un plan de los conspiradores para asesinar a Lula y otras autoridades gubernamentales, lo que se sumó a un atentado contra el edificio del Tribunal Supremo perpetrado por un seguidor radical de Bolsonaro.
Este escandaloso caso de intento de golpe de Estado ha sacudido la política brasileña, generando un profundo debate sobre la estabilidad democrática en el país sudamericano.