El reconocido líder opositor Williams Dávila ha sido privado de su libertad durante cuatro meses por el gobierno de Nicolás Maduro, sin contar con una orden judicial que respalde su detención. Dávila, de 73 años de edad, se encuentra recluido en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) en el Helicoide, tras ser arrestado en la plaza Los Palos Grandes luego de participar en un acto de oración por los presos políticos.
Su hijo, Williams Dávila Valeri, ha denunciado públicamente la injusticia de la detención de su padre, destacando su impecable trayectoria política como defensor de los valores democráticos. En este contexto, ha exigido la liberación inmediata de Dávila, resaltando la falta de fundamentos legales en su detención.
El 13 de agosto, Dávila fue trasladado a un hospital en estado grave, lo que generó preocupación entre sus familiares y seguidores. Ante la falta de información sobre su estado de salud, su hijo expresó su consternación por la opacidad con la que se maneja la situación de los detenidos en Venezuela.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha otorgado medidas de protección a Williams Dávila, reconociendo la gravedad de su situación y la necesidad de garantizar su integridad física y mental. Esta decisión refuerza la importancia de velar por los derechos fundamentales de los presos políticos en el país.
En medio de un contexto político tenso y marcado por la represión, la detención arbitraria de Williams Dávila pone en evidencia las vulneraciones a los derechos humanos que persisten en Venezuela. Su caso se suma a una larga lista de activistas y líderes opositores que son perseguidos y encarcelados por ejercer su derecho a la libertad de expresión y manifestación.