El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, compareció ante el tribunal por primera vez en el marco de su juicio por corrupción. Netanyahu ha calificado las acusaciones en su contra de “ridículas” en un momento “desafiante” para el país y la región.
Ante las acusaciones de la Fiscalía de abuso de poder para beneficiarse, Netanyahu defendió su inocencia. Afirmó que trabaja 18 horas al día y que las acusaciones de recibir regalos lujosos son falsas, ya que apenas tiene tiempo para disfrutar de ellos.
Netanyahu destacó que durante su tiempo fuera del cargo pudo disfrutar de libertades que ahora se ve obligado a sacrificar. Aclaró que las acusaciones de buscar beneficio propio son “simplemente ridículas”.
En relación con los acontecimientos en Siria, Netanyahu señaló que la situación actual hace su trabajo “más desafiante”. Expresó su deseo de testificar y contar la verdad ante el tribunal.
Respecto a los medios de comunicación, Netanyahu negó buscar controlarlos, sino que busca una mayor diversidad de opiniones. Afirmó que las acusaciones en su contra forman parte de una persecución política.
Netanyahu está señalado en tres causas por delitos como fraude y aceptación de sobornos. Una de las acusaciones es el uso indebido de poder para presionar a los medios a favor del Gobierno. Netanyahu ha defendido su postura de diversificar los medios de comunicación y añadir más canales independientes.
El primer ministro se mostró sorprendido por los cargos en su contra y afirmó que su objetivo es promover la diversidad y pluralidad de opiniones en los medios. Netanyahu ha reiterado que las acusaciones en su contra son infundadas y forman parte de una campaña de desprestigio.