Con la velocidad feroz de la tecnología y el incremento de interacción social mediante las redes sociales hemos notado que la manera de interactuar ha mutado. Antes era muy común reunirse en persona o una llamada telefónica para conversar con alguien, ahora tenemos infinidad de medios para comunicarnos de manera inmediata, sin dejar a un lado que podemos incluir fotos, videos, notas de voz, entre otras funciones disponibles. Sin embargo, este acercamiento a nuestros semejantes no siempre tiene como resultado una interacción positiva. Es posible que en ocasiones se establezca una relación abusiva, siendo el resultado el bullying (acoso) o, si se emplean para ello la tecnología, el cyberbullying (ciberacoso).
En estos últimos años se ha reflejado un aumento de casos en adolescentes y adultos jóvenes siendo víctimas de este acoso por redes, lo que ha impactado negativamente en el comportamiento de estas personas, y en algunos casos produciendo trastornos depresivos, alimenticios, ansiosos que pueden llevar a tomar decisiones fatales.
No es mi intención producir pánico con este tema, aunque sí es una realidad que debemos asumir y mientras más información tengamos será mucho más fácil tomar medidas de acción ante posibles casos cercanos.
Partiré por explicar que el ciberacoso o cyberbullying es un subtipo de bullying indirecto que se lleva a cabo a través de las redes sociales y la tecnología. Este tipo de interacción se basa en la emisión de una conducta de forma intencional con el objetivo de dañar o perjudicar a otra persona, estableciendo una relación de desigualdad entre ambos sujetos -es decir, teniendo dominancia la persona agresora sobre la agredida- y siendo estable en el tiempo.
En estos casos, hay que tener en cuenta que lo que es publicado en Internet puede ser visto por numerosas personas -muchas de ellas desconocidas- y en cualquier momento, de modo que una sola situación de acoso puede tener repercusiones en numerosos intervalos. Además, la víctima tiene una sensación de indefensión mayor que en otros tipos de agresiones, puesto que, a través de las redes, el ataque le puede llegar en cualquier momento y lugar, y además no sabe cuándo se va a presenciar ni por parte de quiénes va a producirse. Por último, en caso contrario al del bullying tradicional, en el cyberbullying el acosador puede ser anónimo.
Entre las consecuencias que esto puede tener sobre las personas es frecuente observar en las víctimas de ciberacoso un marcado descenso del nivel de autoestima y autoconcepto, llegando incluso en ocasiones a autoculpabilizarse de la situación. La inseguridad, sentimiento de falta de competencia y la vergüenza de no ser capaces de hacer que la situación se solucione son elementos encontrados con frecuencia en estos casos.
Asimismo, cuando el cyberbullying es muy intenso y se prolonga durante meses es posible que las víctimas acaben presentando patologías de la personalidad o del estado del ánimo, tales como depresión severa o fobia social lo que afecta no solo a la víctima, si no también a su entorno familiar y social.
En Chile en el 2011 se aprobó la Ley de Violencia Escolar (Ley 20.536), que define cualquier tipo de violencia, física o psicológica, como grave, “ya sea cometida por cualquier medio en contra de un estudiante de la comunidad educativa”. Sin embargo, no hace referencia al cyberbullying y sus características.
El superintendente de Educación, Sebastián Izquierdo, dice que la norma define que “acoso escolar puede ser por medios tecnológicos o de otro tipo”. Son los establecimientos educacionales, explica, los encargados de adoptar las medidas correctivas, pedagógicas o disciplinarias según su reglamento interno. También se establece que los centros educativos que no tomen un actuar adecuado ante la denuncia presentada por la familia afectada, que procedan con desidia y falta de rigurosidad, podrán ser sancionados por el Ministerio de Educación con una multa de hasta 50 UTM.
Por lo momentos, es la única ley que contempla el ciberacoso como un tema por el que se deben tomar acciones, aunque sí hay maneras de denunciar ante los entes de seguridad. Se puede denunciar el cyberbullying ante las fuerzas policiales chilenas, como: Los Carabineros de Chile, en alguno de sus cuarteles, o a través del teléfono general de denuncia disponible 24 horas y los 7 días de la semana 600 400 01 01, del que también se ofrece más información en la web Denuncia Seguro (www.denunciaseguro.cl)
Como profesional de la salud veo con preocupación esta temática y recomiendo a la sociedad involucrarse con más seriedad ante este tipo de situaciones que, si bien es algo novedoso, para las últimas generaciones es un factor que puede generar consecuencias inmediatas o a futuro.
El viernes pasado, en la ciudad peruana de Trujillo, se celebraban fiestas en varias discotecas…
Manifestantes contra la entrada de Bulgaria en la eurozona atacan la sede de la Comisión…
Este viernes, a partir de las 21:00 horas, se llevará a cabo la Gala del…
En una jornada cargada de acontecimientos, la Corte de Apelaciones de Talca ha rechazado el…
Harold Mayne-Nicholls, ex presidente de la ANFP y ex director de la Corporación Santiago 2023,…
Trabajadores de la Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro (Sidor) se manifestaron una vez más frente…