La mañana del 5 de marzo fue diferente en el Liceo 1 de Niñas “Javiera Carrera”. En lo que debió ser un inicio de año escolar cualquiera, cámaras y medios de comunicación se apoderaron de la entrada. El motivo marcaba un precedente en la educación chilena: la primera joven transgénero en ser admitida en un colegio de niñas hacía una entrada triunfal.
Arlén Aliaga fue sonrisas y emoción. Luego de una complicada batalla legal, cumplía su sueño de estar en una de las instituciones pioneras en la educación para niñas de Chile. Tras sus pasos, blandían espaldarazos de movimientos como Organizando Trans Diversidades, la comunidad transgénero entera, amistades y hasta nuevas compañeras de colegio.
En lo que ella misma catalogó como un día muy “simbólico”, Aliaga contó estar muy feliz. “Yo pensaba salir de Cuarto Medio del Borgoño, pero no se pudo, y (ahora) estoy en el liceo en que quiero. Me siento súper feliz, además de que ahora soy mayor de edad”.
Dura lucha
Entre Octavia o Arlén, la joven Aliaga se decantó por el último. Se trata de una diosa griega que respalda el compromiso. Así nacía su nombre social, por el que la conocerían, con el que dejaría huella.
El colegio Barros Borgoño fue el último peldaño en su realización. Después de varios episodios de discriminación, Arlén dijo “basta”. Su meta se fijó en un colegio emblemático de niñas y así comenzó su última batalla.
Amparada por la Ley Zamudio, la Ley de Identidad de Género y la Circular 0768 del Ministerio de Educación, que destacan que no se puede negar la educación por razones de identidad o expresión de género, Arlén intentó matricularse en el Liceo 1. Ahí tuvo un primer encontronazo con la realidad del país.
0,05 % Es el porcentaje de comunidad trans que se calcula en Chile (2017)
Pese a que tenía el respaldo hasta del mismo alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, el estatuto legal obligaba al alumno a inscribirse bajo el sexo registral. Esa era una traba que dificultaba todo el camino y la municipalidad alegaba estar de manos atadas.
La Secretaría Regional Ministerial de Educación aseguró después no tener problemas en su admisión, pero le recomendó los liceos Carmela y Tajamar, ambos en Providencia. Era el segundo choque en su camino. Pero el camino mostraba cercana la meta.
Hito
Un decreto del Ministerio de Educación abrió la puerta. Arlén pudo inscribirse en el Liceo 1, a escasos cuatro días para el inicio de clases, pero tiempo más que suficiente para vivir su sueño.
Hoy, no hay acoso, no hay hostigamiento, no hay discriminación. Sabe que tiene muchas miradas encima, pero también mucho cariño para soportar todo. Su única preocupación ahora es el estudio: “Siento presión si me saco algún rojo”.
Transición.Hace tres años, Arlén hizo su transición. Ahora está inmersa en un proceso hormonal que le garantizará un bienestar físico y psicológico en esta nueva etapa de su vida.