El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha propuesto una reforma constitucional con la promesa de fortalecer la democracia y establecer un “nuevo Estado” en el país. Esta propuesta surge en medio de la controversia sobre su reelección como presidente, ya que se juramentó sin demostrar que ganó las elecciones del 28 de julio. La falta de detalles sobre el proceso y el contexto político sugieren que esta reforma podría ser un intento de consolidar el poder en un momento crítico para el gobierno de Maduro.
Esta iniciativa recuerda al referéndum constitucional de 2007, impulsado por Hugo Chávez para permitir la reelección indefinida, aunque inicialmente fue rechazado por los votantes. En la actualidad, incluso dentro del chavismo disidente, existe preocupación por los posibles efectos de esta reforma, que podrían incluir la legalización de leyes inconstitucionales y la restricción de las libertades ciudadanas.
El exministro Héctor Navarro, cercano colaborador de Chávez, ha calificado la propuesta de Maduro como un “nuevo gran error”, comparándola con la situación en Nicaragua, donde el dictador Ortega ha consolidado su poder a través de reformas constitucionales. Otros críticos han expresado su preocupación por la posible perpetuación en el poder de un grupo selecto en lugar de fomentar la participación democrática.
Expertos constitucionales han advertido que la reforma de Maduro podría tener como objetivo consolidar un modelo autocrático y garantizar su permanencia indefinida en el poder, eliminando los obstáculos que limitan su control sobre el Estado. Además, se teme que esta reforma conduzca al desmantelamiento de las instituciones democráticas y a una mayor represión de la oposición y la disidencia.
Ante este escenario, la oposición venezolana ha instado a la movilización ciudadana y a la denuncia internacional de los intentos de Maduro de consolidar un régimen autoritario a través de la reforma constitucional. Se espera que la transición política liderada por figuras como Edmundo González y María Corina Machado pueda contrarrestar los esfuerzos del gobierno de Maduro por aferrarse al poder.
En conclusión, la propuesta de reforma constitucional en Venezuela plantea interrogantes sobre la verdadera intención del gobierno de Maduro y sus consecuencias para la democracia en el país. La oposición y diversos sectores de la sociedad civil han expresado su rechazo a esta iniciativa y han llamado a la unidad y movilización para defender la institucionalidad democrática en Venezuela.