Malnutrición en Venezuela: En los últimos años, Venezuela ha enfrentado una serie de desafíos que han impactado profundamente a su población.
Malnutrición en Venezuela
Si bien la escasez de alimentos parece haber disminuido, el país ahora se enfrenta a un problema igualmente preocupante: el acceso a una dieta balanceada y nutritiva.
Expertos en salud, nutrición y economía advierten que el bajo poder adquisitivo, las fallas en los servicios públicos y la falta de educación nutricional están generando un impacto significativo en la calidad de vida de los venezolanos.
Un país que prioriza lo rendidor sobre lo nutritivo
Marianela Herrera, integrante del Observatorio Venezolano de Salud y dirigente de la Fundación Bengoa, ha señalado que la dieta de los venezolanos se ha transformado drásticamente en los últimos años.
“Los ciudadanos están optando por alimentos rendidores, baratos y ricos en calorías”, explicó Herrera en una entrevista para el Circuito Éxitos de Unión Radio.
En un contexto donde los carbohidratos se han convertido en el principal componente de la dieta, alimentos como el arroz y las caraotas han sido protagonistas.
Sin embargo, incluso estos productos básicos están enfrentando desafíos debido a la falta de gas doméstico para cocinar, lo que obliga a muchas familias a reducir aún más la diversidad y calidad de su alimentación.
La crisis económica y el impacto en el consumo de proteínas
El presidente de la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos, Saúl Elías López, destacó que la inflación ha reducido drásticamente el consumo de proteínas en el país.
Según López, el consumo per cápita de carne ha caído de 23 kilos a 12 kilos anuales, lo que equivale a un déficit importante en la ingesta diaria recomendada de proteínas.
“Cada persona debería consumir 75 gramos de proteína al día, pero este es uno de los rubros más afectados”, afirmó López. Además, señaló que la dieta actual está dominada por carbohidratos y grasas, mientras que las vitaminas y minerales provenientes de frutas y hortalizas son cada vez menos accesibles para la población.
Los más vulnerables: los niños
Uno de los sectores más afectados por esta crisis alimentaria son los niños. La falta de una dieta balanceada está causando problemas graves como retraso en el crecimiento, alteraciones psicomotrices y dificultades cognitivas.
Para Marianela Herrera, es fundamental garantizar una nutrición adecuada desde la niñez y la adolescencia, ya que esto no solo afecta el desarrollo físico e intelectual de los niños, sino también su capacidad para convertirse en adultos saludables capaces de contribuir al desarrollo del país.
Además, Herrera advirtió que la malnutrición en adultos puede tener consecuencias devastadoras para la productividad laboral, generando un círculo vicioso donde el bajo rendimiento afecta la economía familiar y nacional.
Hacia soluciones integrales
La solución a esta problemática no pasa únicamente por garantizar la disponibilidad de alimentos. Marianela Herrera subrayó que es necesario abordar el problema desde múltiples ángulos:
- Mejorar los servicios públicos: La falta de gas doméstico y electricidad limita la capacidad de las familias para cocinar alimentos nutritivos.
- Incrementar el poder adquisitivo: Es imprescindible garantizar que las familias puedan acceder económicamente a una dieta balanceada.
- Promover la educación nutricional: Enseñar a la población sobre cómo llevar una alimentación variada y saludable con los recursos disponibles es clave para combatir la malnutrición.
- Diversificar la producción nacional: Fomentar la producción local de alimentos ricos en proteínas, vitaminas y minerales podría ser una solución sostenible a largo plazo.
“El reparto de alimentos no resolverá el problema por sí solo”, concluyó Herrera. “Necesitamos un enfoque integral que considere todos estos factores para garantizar que los venezolanos puedan acceder a una alimentación adecuada y sostenible”.
La malnutrición en Venezuela no es un problema aislado; es un reflejo de las múltiples crisis que enfrenta el país. Abordarlo requiere un compromiso conjunto entre las autoridades, las organizaciones civiles y la sociedad en general para construir un futuro más saludable y próspero para todos.