El 34° Juzgado del Crimen de Santiago, bajo la dirección del juez Edgardo Gutiérrez, emitió recientemente un fallo que ha reavivado el debate sobre la prescripción de delitos sexuales en Chile. El tribunal resolvió el sobresimiento total y definitivo del ex sacerdote Felipe Berríos, tras acoger la solicitud de prescripción de la acción penal relacionada con una denuncia por abuso sexual de mayor de 12 años. Esta denuncia fue presentada por una mujer que relató haber sido víctima de hechos ocurridos en agosto del año 2000, cuando tenía apenas 15 años.
A pesar del sobreseimiento, el tribunal no dejó de lado la gravedad de los hechos. En su resolución, acreditó el hecho denunciado, reconociendo que los antecedentes y las pruebas testimoniales respaldan la ocurrencia de un acto de connotación sexual no consentido, perpetrado durante un retiro espiritual en el Santuario de Schoenstatt, en la comuna de La Florida.
Un Caso que Marca un Precedente
La sentencia del tribunal subraya que Felipe Berríos realizó actos de significación sexual hacia la víctima, incluyendo contacto físico no consentido. El fallo judicial detalla con precisión los comportamientos del ex sacerdote, estableciendo que “se da por acreditado que la víctima sufrió una agresión en el ámbito de su indemnidad sexual por parte del imputado Felipe Hernán Berríos del Solar”. Este tipo de conducta fue tipificada como abuso sexual de mayor de 12 años, de acuerdo con los artículos 366 y 361 del Código Penal vigente en el momento de los hechos.
Sin embargo, el tribunal determinó que la acción penal se encontraba prescrita, basándose en los artículos 408 N° 5 del Código de Procedimiento Penal y 93 N° 6 del Código Penal. Esto resultó en la extinción de la responsabilidad penal del imputado, lo que ha generado controversia y discusión en la opinión pública sobre la eficacia del sistema judicial en casos de abuso sexual.
Valoración de Pruebas y Testimonios
El juez Edgardo Gutiérrez valoró la consistencia del relato de la víctima a lo largo del proceso judicial. Destacó que no se encontraron contradicciones significativas en las declaraciones realizadas en diferentes etapas del juicio. Además, el juez subrayó que las pruebas presentadas por el Ministerio Público fueron suficientes para acreditar los hechos denunciados, incluyendo testimonios de testigos y documentos relevantes que se presentaron durante la investigación.
El fallo fue claro al señalar que la conducta de Berríos fue dolosa, participando de manera consciente y voluntaria en una conducta tipificada como antijurídica. Esto plantea un dilema sobre la protección de las víctimas y la capacidad del sistema judicial para ofrecer justicia en casos donde la prescripción puede impedir el enjuiciamiento de los responsables.
Reacciones en la Sociedad y el Debate sobre la Prescripción
La decisión del 34° Juzgado del Crimen ha suscitado reacciones encontradas en la sociedad chilena. Muchos defensores de los derechos de las víctimas han criticado la prescripción de la acción penal, argumentando que esta norma favorece a los agresores y deja a las víctimas sin justicia. Las organizaciones feministas y de derechos humanos han llamado a la reforma de leyes que permitan que los casos de abuso sexual sean perseguidos sin restricciones de tiempo, enfatizando la importancia de dar voz a las víctimas y asegurar que los agresores enfrenten las consecuencias de sus actos.
Por otro lado, algunos sectores argumentan que la prescripción es una herramienta necesaria para evitar la perpetuación de casos antiguos que pueden carecer de pruebas suficientes. Sin embargo, este argumento es cuestionado por quienes creen que la naturaleza del abuso sexual y el miedo que sienten las víctimas para denunciar en el momento de los hechos hacen que la prescripción deba reconsiderarse.
La Necesidad de un Cambio en la Legislación
El caso de Felipe Berríos pone de relieve la necesidad urgente de un cambio en la legislación chilena en relación con los delitos sexuales. En varios países, se están implementando reformas para eliminar la prescripción en casos de abuso sexual, permitiendo que las víctimas tengan la oportunidad de buscar justicia sin importar el tiempo que haya pasado. Esto no solo se trata de justicia para las víctimas, sino también de un mensaje claro de que la sociedad no tolerará el abuso en ninguna forma.
En conclusión, el sobreseimiento del ex sacerdote Felipe Berríos es un recordatorio de las graves fallas en el sistema judicial en la lucha contra el abuso sexual. La decisión del tribunal, aunque ha acreditado los hechos denunciados, plantea preguntas difíciles sobre la naturaleza de la justicia y la protección de las víctimas. Es fundamental que la sociedad y los legisladores se unan para buscar soluciones efectivas que prioricen la seguridad y el bienestar de quienes han sufrido abusos, garantizando que la justicia sea una realidad accesible para todos.