AFP. El padre de Nastacha Hernández falleció sin que pudieran darse el último adiós: como muchos venezolanos en Estados Unidos, esta joven no pudo renovar su pasaporte en medio de una crisis intensificada por la ruptura de relaciones entre los dos países.
“Me siento frustrada, con rabia y dolor”, dijo Hernández, que tenía seis años sin verlo cuando cayó en terapia intensiva.
Son muchos los venezolanos atrapados en el “limbo” creado tras la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países y que depositaron esperanzas en el levantamiento de un grupo de militares contra el gobierno de Maduro el martes.
“Yo tengo mucha fe porque por primera vez en 20 años tenemos la vista de la comunidad internacional puesta en Venezuela”, dijo a la AFP María Eugenia Montilla, que acudió acompañada de su hija a protestar delante de la embajada de Caracas en Washington, actualmente tomada por unos activistas pro Maduro.
Su hija, Karla Monagas, de 27 años, debió salir del país por su participación en las protestas de 2014. Actualmente vive en Maryland pero su pasaporte vencido amenaza su estatus migratorio.
“Mi mejor opción ahorita es que antes de que expire mi visa un juez conceda la entrevista y puedan hacer revisión de mi caso”, contó a la AFP Karla, que al igual que su madre vestía una bandera venezolana en forma de capa.
Pero si eso no ocurre, puede quedarse indocumentada.
“Una de las cosas más fuertes que hay”
Hace un poco más de tres meses, Nicolás Maduro rompió los vínculos con Estados Unidos, luego que el gobierno de Donald Trump reconociera al jefe del Parlamento Juan Guaidó como mandatario interino. Desde entonces, la situación de los venezolanos en Estados Unidos se complicó.
Los consulados venezolanos en Estados Unidos cerraron y Maduro hasta ahora no ha designado un país que vele por sus intereses, como lo hizo Washington que delegó en Suiza este mandato.
“No darle el último adiós a tu papá es una de las cosas más fuertes que hay”, contó una mujer de 39 años, que pidió ser identificada como María por miedo a represalias, y que pasó por la misma tragedia que Nastacha Hernández. Su padre falleció en Venezuela en septiembre de 2018.
“No pude ir a darle el último adiós por falta de pasaporte”, relató.
Y en medio de este drama surgen mafias que pueden cobrar hasta 1.000 dólares por una extensión del pasaporte, que no es más que un adhesivo que extiende su validez por dos años.
Venezuela atraviesa por la peor crisis de su historia moderna y desde 2015, casi 3 millones de venezolanos han emigrado en busca de mejores condiciones de vida.
Se estima que en Estados Unidos hay entre 400.000 y 600.000, según encuestas estadounidenses y datos de la delegación de Guaidó. De acuerdo con la agencia de la ONU para los refugiados ACNUR, más de 72.000 venezolanos pidieron asilo en el país norteamericano.
Maduro siente “desprecio” por los venezolanos en el exterior, estimó Francisco Márquez, que fue uno de los llamados presos políticos. “Ellos ven a toda persona que está afuera como un enemigo del régimen”.
“Han pasado meses y aún lloro”
Guaidó, reconocido como presidente interino por medio centenar de países, nombró como su embajador en Washington a Carlos Vecchio, que hasta ahora no ha podido reabrir la red consular.
“Se llevaron pasaportes, prórrogas, dinero y sistemas de enlace con Venezuela. Nuestra labor es reabrir los consulados al servicios de todos los venezolanos”, escribió Vecchio a finales de febrero en Twitter.
La delegación de Guaidó tomó el consulado en Nueva York, pero en Washington la sede seguía tomada por activistas.
La AFP visitó este edificio de cuatro plantas ubicado en el elegante barrio de Georgetown y constató que los despachos parecen haber sido abandonados con premura, aunque muchos de los discos duros de los ordenadores fueron extraídos y los archivadores fueron vaciados.
En los escritorios se acumulaban pilas de pasaportes.
“El régimen de Maduro desmanteló y clausuró toda la red consular de Venezuela en los Estados Unidos y algunos otros países”, explicó a la AFP Gustavo Marcano, ministro consejero de la delegación de Guaidó en Estados Unidos.
“Evidentemente al régimen no le interesaba prestar ningún tipo de servicio consular porque hay millones de venezolanos que han tenido que emigrar”.
Once países de América Latina —Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay- aceptan el ingreso de venezolanos con pasaportes vencidos.
Washington no ha anunciado hasta ahora una medida similar. Existe un proyecto en el Senado para dar amparo a los migrantes venezolanos bajo la forma del estatuto de protección temporal (TPS) que protege a personas provenientes de países que sufren situaciones de conflicto o crisis humanitarias.
Mientras, el venezolano de a pie cuenta los días para acceder a algún tipo de documento.
“Han pasado meses y aún lloro”, contó María. “Si algún día regreso a Venezuela – no será para vivir allá sino para visitar – y mi primera parada va a ser ver las cenizas de mi papá”.