Reuters. Después de ocho temporadas y 73 episodios, la exitosa serie de “Game of Thrones” de HBO concluyó el domingo con una impactante muerte y el nombramiento de un personaje inesperado como rey.
El último episodio de la fantasía medieval, basada en las novelas de George R.R. Martin, duró aproximadamente una hora y 20 minutos y concluyó la historia de más de una docena de personajes y tramas entrelazadas.
La feroz competencia por el Trono de Hierro formado por cientos de espadas terminó primero con una muerte y la elección inesperada de un rey para gobernar el reino de Westeros.
La serie se convirtió en la piedra angular de las ofertas en horario estelar de HBO, pero su temporada final también fue la más divisoria, ya que tanto fans como críticos encontraron preocupantes algunos giros específicos en la trama, particularmente su manejo de un personaje principal.
La temporada final ha batido récords para HBO, que dice que atrajo 43 millones de espectadores en promedio solo en Estados Unidos, un incremento de 10 millones con respecto a la temporada 7 en 2017.
Lo más notable en las críticas de los seguidores fue el giro tiránico de Daenerys Targaryen, la “Reina del Dragón”, interpretada por Emilia Clarke, quien usó su dragón para arrasar la capital de la serie después de que sus enemigos se rindieron.
El cambio enfureció a los fans, ya que el episodio, titulado “The Bells”, ahora acumula las calificaciones más débiles de todos los capítulos en la octava temporada de la serie en Rottentomatoes.com, que también añade comentarios de críticos.
El personaje de Clarke se había involucrado en acciones brutales en temporadas anteriores, similares a las de otros líderes de la historia, pero muchos espectadores vieron su decisión de matar a miles de personas inocentes como demasiado drástica, en base a sus acciones anteriores.
El episodio final muestra su muerte a manos de su amante (y su sobrino, entre las numerosas relaciones incestuosas retratadas) Jon Snow, interpretado por Kit Harrington, quien la mata, temiendo que su tiranía refleje simplemente la de sus predecesores. Su último dragón vivo luego quema el Trono de Hierro, derritiéndolo con su feroz aliento.
Sin un gobernante, numerosos miembros de las casas nobles de la serie hacen una elección inesperada de rey, decidiéndose por Brandon Stark, interpretado por Isaac Hempstead Wright.
En el episodio de estreno del programa en 2011, Brandon había sido arrojado desde una torre, lo que lo dejó paralítico, pero despertó poderes místicos que finalmente le permitieron ver el pasado y el futuro.