“Tenía las uñas llenas de sangre, no se podía mantener en pie, se le dificultaba hablar y sólo pedía auxilio”.
Luna Espejo / @ilunae
El día 22 de junio, tras la desaparición del funcionario militar, reportada por su esposa, se esparció el rumor en las redes sobre que estaría siendo torturado por parte de los organismos del Estado.
Una semana después, la noticia sobre el fallecimiento del capitán Rafael Acosta Arévalo impactó a las noticias nacionales e internacionales, luego de ser trasladado al hospital militar Vicente Salias, ordenado por el juez del tribunal 3ro de control militar, después de observar el estado en que se encontraba el capitán.
“Tenía las uñas llenas de sangre, no se podía mantener en pie, se le dificultaba hablar y sólo pedía auxilio” fueron las declaraciones de su abogado, tras su presentación el día viernes 28 de junio.
Al hacerse públicos estos conocimientos, las teorías sobre las posibles torturas a las que fue sometido pasaron a ser una realidad, tanto para la familia del capitán como para integrantes del alto mando opositor en Venezuela. El presidente interino, Juan Guaidó, confirmó su “asesinato tras ser torturado salvaje y brutalmente”. El mismo denunciaba que no es la primera vez que se sabe de un caso de tortura a manos de funcionarios gubernamentales.
Luego de que incluso la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, exhortara a las autoridades venezolanas a realizar una investigación “rápida, exhaustiva, eficaz, independiente, imparcial y transparente de su muerte”, un comunicado fue emitido por el ministro de Comunicación e Información de Venezuela, Jorge Rodríguez, donde se solicitaba “una completa y exhaustiva investigación para esclarecer este lamentable suceso” por la cual días más tarde fueron detenidos dos agentes de inteligencia militar, presuntamente culpables del asesinato del capitán Acosta Arévalo.
El periodista Eligio Rojas dio a conocer parte importante de la autopsia a la que fue sometido el cadáver del capitán, en donde la conclusión de la misma fe que su muerte fue producto de un “edema cerebral severo debido a insuficiencia respiratoria aguda, debido a rabdomiólisis por politraumatismo generalizado”, con lo que se confirma que Acosta Arévalo fue asesinado bajo torturas.
“Rabdomiólisis: síndrome de necrosis muscular que presentan las víctimas de terremotos, bombardeos, derrumbes de edificios. Es decir, que el capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo fue literalmente aplastado”, subrayó la periodista Lisseth Boon.
Además de ello, la rabdomiólisis tiene entre sus causas el aplastamiento, la tortura, traumatismos y electroestimulación, por lo cual debido a este informe debería cambiar el delito imputado a los presuntos autores.
Por otra parte, Bachelet, quien se mostró conmocionada ante el suceso ocurrido, instó al gobierno de Maduro a que “se deben adoptar urgentemente medidas para prevenir la reincidencia de la tortura y otros malos tratos de personas bajo custodia del Estado“.