Uso excesivo de los dispositivos electrónicos puede llegar a considerarse
una enfermedad.
Conchita Torres Sirit / @Psiconchy
No es secreto que el uso de dispositivos electrónicos hace que ocupemos una
gran cantidad de tiempo utilizándolos. Esto lo hacemos sin discriminar si
estamos solos, en pareja, con la familia, trabajando o en nuestro círculo
social. Este comportamiento, a simple vista, parece normal, sin embargo, en
algunos casos llega a ser tan adictivo que interfiere en todas las actividades
que puede realizar una persona.
Por esta razón, en los últimos cinco años ha surgido la necesidad de describir
este fenómeno social y su impacto en la interrelación de la gente. El
diccionario australiano Macquaire desarrolló durante el año 2012 una
campaña alrededor del mundo dedicada a familiarizar a la población con la
palabra Phubbing (Pathak, 2013): combinación de las
palabras phone (teléfono) y snubbing (hacer un desprecio), este término hace
referencia al hecho de ignorar a alguien por prestarle atención al teléfono
móvil y, en consecuencia, no hablar con esa persona cara a cara.
Según diferentes estudios se puede predecir esta acción como un tipo de
adicción a estar conectado, como lo comprueba el realizado por Varoth
Chotpitayasunondh y Karen Douglas (2016) de la escuela de Psicología en la
Universidad de Kent, donde encontraron que en el phubbing un factor
influyente era la capacidad de autocontrol del usuario. A menor autocontrol,
más probabilidad de adicción a Internet, al smartphone y, por ende, más
probabilidad de realizar phubbing. Otro factor importante que se identificó
fue el miedo y la preocupación de quedarse desconectado de los eventos,
sucesos y conversaciones que están teniendo lugar en el círculo social,
provocando esto un uso problemático del teléfono móvil.
Y esto no solo está afectando al círculo social, sino también a las relaciones
de pareja, donde cada vez es más común que se interactúe con el celular en
los momentos dónde se debería compartir experiencias o conversaciones
para fortalecer el vínculo.
Es por esto que James Roberts y Meredith David (2016), de la Universidad de
Baylor, decidieron estudiar los efectos del phubbing, es decir, las
interrupciones para mirar el móvil durante una conversación mientras se está
en presencia de la pareja sentimental.
Debido a las necesidades de apego del ser humano, estos autores hipotetizan
que para que se dé una relación de calidad, la sola presencia de la pareja no
basta, sino que se deben dar ciertos intercambios afectivos que deben ser
recíprocos. Estos intercambios, conforme avanza el uso y presencia de los
teléfonos móviles, pueden verse afectados, por lo tanto, a mayor frecuencia
de phubbing se daba un mayor número de conflictos relativos al uso del
móvil.
Según ese estudio, el phubbing y los conflictos con respecto al móvil fueron
buenos predictores de la calidad de las relaciones, es decir, cuando existían
numerosos conflictos y las parejas se ignoraban, la calidad de la relación
disminuía de manera significativa afectando la relación de pareja.
Demostrando que interrumpir nuestras relaciones cara a cara por usar el
móvil puede tener un impacto negativo en nuestro bienestar a largo plazo.
Una encuesta realizada por el Centro Nacional de Investigación de Opiniones,
de Estados Unidos, encontró que el 60 % de las parejas no se sienten
satisfechas con su relación, y una de las principales causas es el uso de los
smartphone. Así mismo, una investigación realizada por la Universidad de
Baylor, Texas, descubrió que el 70 % de las personas que tienen un
compañero (a) sentimental ha visto afectada su comunicación, y se sienten
reemplazados por los dispositivos. ¿sorprendente, no?
Es muy relevante evaluar algunas conductas que pueden presentar las
personas que realizan esta práctica con frecuencia:
1- Deja su celular en un lugar visible mientras está hablando con alguna
persona, de forma tal que pueda contestar mensajes o revisar sus
notificaciones.
2-Contesta ante cualquier solicitud de otra persona observando su teléfono
móvil.
3-Acostumbra a interrumpir las comidas, o se toma un tiempo mientras
realizan alguna actividad para averiguar si hay algo nuevo en las redes
sociales.
4-En lugar de interactuar cara a cara prefiere enviar mensajes y emojis.
5-Constantemente lleva su celular a la cama y prefiere ver cosas en él a tener
intimidad.
6-No puede resistir a dejar una notificación sin verla y pone el celular con
volumen para enterarse de todo, incluso cuando está hablando con otra
persona.
7- Lleva el celular en la mano todo el tiempo.
Si tú o tu pareja acostumbran a comportarse de esta forma deben poner
atención, ya que estos hábitos pueden desarrollar síntomas
depresivos, ansiosos, afectar la comunicación de calidad, el estado de ánimo
y hasta puede terminar su relación.